Vuela que vuela, en un vuelo libre
la gaviota revoloteaba,
llevaba grabado en sus alas
un sonido que por sí solo,
quería largo,
largo se oía a lo lejos
y allá a lo lejos susurraba.
El susurro se perdía en el mar
y con la espuma formaba palabras,
palabras que sonaban fuertes,
rompiendo el sonido en la playa,
poniendo un sabor distinto
con la sal,
que pinta la LIBERTAD del que ama
y que grita a los cuatro vientos:
"Así de libre
es la LIBERTAD del ALMA"
Lía
Igual que la LIBERTAD, así el ALMA navega con una sola PALABRA.
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