La Ley Natural equilibra La Naturaleza y le da vida.................¿Por qué el hombre no se acopla a ella y apuesta por la Vida?.
viernes, 29 de marzo de 2013
En Silencio
Fiel a mi cita con La Virgen, en este día de Viernes Santo. En un casi absoluto silencio, le envío este mensaje, para acompañar su llanto....................y secar sus lágrimas.
¡Cuídanos y protégenos con tu manto!!!!!!!!!!.
EN SILENCIO.........
Hemos venido con fe
hasta tu santo templo,
a ofrecerte lo que somos
por si perdura en el tiempo.
Somos cuerpo y corazón
y un alma que por ti llora,
por tu pena y tu dolor
y porque sin querer...
te sentiste muy...
...muy sola.
Por eso estamos aquí
para acompañar tu llanto,
en Silencio...
sin ruidos ni sobresaltos,
arropando todo tu ser
con nuestro amor... tanto, tanto.
Sra. escucha nuestro Silencio
ese que te acercamos,
con cariño y con valor
un mensaje te enviamos,
para que cuides de nos.
Para que extiendas tu mano
y bajo ella...
a nuestros hijos...
les llegue tu protección.
No sabemos rezar de otra manera Sra. Pero nuestros sentimientos y nuestro corazón, están puestos en estas líneas que "En Silencio", hasta tu mansión te acercamos.
jueves, 28 de marzo de 2013
Hasta El Cielo
Cuando una persona querida se va para siempre, queda un recuerdo en el alma, que no se borra con el tiempo.
Si esa persona es alguien de tu casa y de tu gente, el recuerdo ya no es recuerdo...Es una herida que se va curando en el recuerdo. Hasta que llega el día del reencuentro.
Eso me ha pasado a mí estos días.
Pensaba que mi pena se iba a mitigar con poemas y poesías, incluso con canciones que contaran esa mi pena. Hasta que comprendí que eso no iba a suceder.
Así que les voy a dejar aquí, en estas líneas, una oración... La que yo misma le recé en su entierro al par que la tierra formaba un colchón a su alrededor, caminito del Universo, para que a través de él, llegara derechito al Cielo.
Hasta El Cielo
Que La Tierra...
te acoja suavemente.
Y en El Cielo...
una Estrella sea tu guía.
Una Estrella grande, grande
y una luz casi divina,
que de calor a tu Tierra
y forme un pie a pie...
al final con la arenilla,
que te lleve hasta tu Cielo
y allí...
¡veas feliz...pasar la vida!!!
Un beso y un abrazo grande y largo. Nos veremos en El Cielo.
viernes, 22 de marzo de 2013
Capítulo Séptimo
CAPÍTULO SÉPTIMO
Cariño
y amor unidos
como
el tallo al tulipán,
si
se rompe alguno de ellos,
¿qué
sería del galán?.
Y
¿quién sería el galán
qué
roto amor y cariño,
se atreviera a
componer
el
querer con solo un guiño?.
Lía
Había que airear la emoción y también el pensamiento, y una idea acariciaba, pero para ponerla en práctica necesitaba un amigo, y ¿quién mejor que su amigo el viento...
La
boda seguía adelante, pero Lis tenía que esparcir un poco la emoción que sentía
y en ningún sitio mejor que fuera de su lugar, de su tierra y con su trabajo.
Sus compañeros le decían:
_Estás
mas guapa. Se nota que ya está en marcha tu casa. Porque sabían que a ella no
le gustaba la famosa palabra de “casarse”.Le gastaban bromas, pero los mas
amigos, se daban cuenta de que también era otra, mas seria y mas distinta,
pensando también que su amiga nunca se había planteado un tema tan importante y
ahora... Claro que tanto pensaron en ello, que llegaron a preocuparse.
Lis
y Blas ajenos a todo esto, seguían paseando su amor por aquellas calles que lo
vieron nacer, crecer y acurrucarse.
Volvió
Lis a saludar al agua de aquel río grande, a pasear por encima del puente que
iba y volvía de una orilla a la otra, sin ni siquiera tropezarse; a oler
aquellas flores de aquellos jardines de los que, a veces, Blas se las cogía
prestadas para , suavemente, acariciarla...
Y
un día , allí en uno de esos jardines, Lis entendió porque estaba cambiando.
Era su amor y el amor de Blas, que se estaban, digamos acoplando. Allí con
aquellas flores y las manos de Blas entre las suyas, juró que nunca se
separaría de él. Hasta Blas se asustó del beso tan tierno y suave que le dio y
del amor que mas tarde le demostró. A eso si que no estaba acostumbrado Blas, y
del susto, casi casi, le da un sofocón.
A
partir de ese día, igual de alegre que antes, pero más madura, se dedicaron a
comprar sus trajes. Porque una ceremonia, así como se la habían pintado,
merecía un traje especial, tan especial, que Lis dudaba que pudiera
encontrarlo. El traje de Blas no fue problema. Blas nunca había tenido un traje
así y era muy presumido, pero Lis sabía hacer y convencer, y al final Blas,
entre prueba y prueba le decía:
_¿Está
bien así, lindeza?.
Lis
lo miraba de reojo y con una risa un poco nerviosa, le contestaba:
_Pareces
un figurín, pero en la foto vas a estar guapo, requeteguapín.
Y
así entre bromas y más bromas compraron un traje precioso, de un color que
armonizaba con la cara de Blas, una camisa, que aunque no lo era, caía como el
raso sobre sus hombros, una corbata que estaba llena de líneas donde la música
pudiera llamar al arpa que para ellos dos iba a sonar y un cinturón que tenía
una hebilla que relucía como el mismísimo sol. Después le llegó el turno al
traje de Lis. Ella pensando y pensando en como sería su traje, había pensado,
así de pronto, en como sería el traje de su amiga la sirena, que se deslizaba
con sus blancos velos por encima del agua y siempre estaba reluciente,
brillante y tieso, sin siquiera una gota de agua que lo mojase y lo dejara
ajado y sin apresto.
Miraron
tiendas y más tiendas y en ninguna estaba el que ella se había imaginado. Esa
noche mientras dormía, sus particulares amigos le dibujaron un vestido largo
precioso, sencillo, pero a la vez, muy, pero que muy, glamuroso.
Tenía
que ser blanco como la espuma del mar, brillante como la piel de la sirena,
largo largo como su amor por Blas y con un chal radiante que su amigo el sol se
encargó de colocar. Tenía que estar envuelto en un encaje que los luceros, esa
noche, se encargaron de bordar. En la cabeza, un velo blanco, de tul ilusión,
bordeado por una puntilla que las estrellas tejían a toda prisa, poniendo en
ella todo su corazón.
Y
ya al final y para que todo estuviera a punto y en su lugar, “Ita” le colocó en
la cabeza una ramita de azahar, y con un sonoro beso le dijo:
-Princesa:
¡Mucha felicidad!.
En
ese momento, Lis despertó, se sentó en su cama, se abrazó a “Ita” y le dijo:
_¿Dónde
encuentro yo semejante festival?.
Algo
le debió de decir “Ita”, porque de repente, salió corriendo, cogió el teléfono,
y aún de noche, llamó a Blas, que con voz de sueño y cara de asombro le preguntó...
Mas bien le iba a preguntar, porque no le dejó ni hablar, le dio un largo beso
al teléfono y antes de que pudiera respirar, se vio saliendo de la cama, para
ir a comprar aquel traje que, para ella habían dibujado sus amigos, y entre
ellos la sirena del mar.
Cuando
se encontraron, Lis cogió su mano, se pegó materialmente a su costado y
empujando un poco a Blas se fueron derechitos a una tienda chiquita, que era
justo, justo donde estaba su vestido. En efecto, de una caja blanca y amarilla,
la dependienta sacó un largo , blanco y precioso vestido, igualito, igualito
que el que a ella le habían dibujado. Ahora tenía que lucir igual de brillante
y bonito.
Lis
se lo probó y parecía que estaba hecho a su medida. Le quedaba como un guante.
Sin ella pedirlo, la dependienta le puso un velo en la cabeza como el que le
hicieron de noche sus amigas las estrellas, y hasta la ramita de azahar que le
había regalado “Ita”, se la estaba poniendo, en su muñeca, de pulsera.
Lis
estaba atontada y se preguntaba si aquello sería verdad. Pero de repente, dio
la vuelta y vio a Blas que también la miraba embobado. Se acordó que su mami le
había dicho que Blas, vestida de novia, en la iglesia, y antes, no más. Así que
lo cogió por un brazo y lo echó a la calle sin muchos miramientos y sin derecho
a protestar.
Aquel
día compró unas cuantas cosas más, que llevaría a su luna de miel, para que a
Blas se le rizara hasta el pelo, igual que se rizan, al salir, las puntillas
del clavel.
Blas
esperó paciente en la calle. ¡Qué remedio!, y cuando acabó, salió con su enorme
caja debajo del brazo. Se fueron a pasear su amor y su ilusión, que ahora se
había materializado en todos esos tules blancos que había escogido su corazón.
Miró
hacia arriba y vio a todos sus amigos haciéndole un guiño, y de pronto entendió
quien, o quienes habían dirigido su corazón hacia aquella pequeña tienda.
Y
paseando se hizo de noche, y siguieron paseando por entre las flores del
parque, a la orillita del río, por entre las piedras pequeñas del camino. Así llegaron
a su rincón, rincón que cada uno debe colocar en su imaginación... y arropados
con sus tules blancos, protegidos por las estrellas, brillantes como el traje
de la sirena y con la pálida luz de la luna detrás, se juraron amor eterno otra
vez, y por primera vez se dijeron aquello que días mas tarde los dos ante un
altar repetirían.
Blas
le dijo:
_Nena,
te quiero y te querré toda la vida.
Y
es que Blas era poco imaginativo y poco comunicativo. Pero a Lis ya le pareció
una maravilla lo que oyó de su amor querido.
Lis
casi no podía hablar, y por raro que parezca, se quedó sin palabras y hasta se
bloqueó su imaginación cuando vio, tan cerca de los suyos, los labios de Blas.
Pero aún así, entre susurros acertó a decir:
Blas,
yo voy contigo adonde nos lleve el amor. Si esto es querer, yo te quiero por
cientos, un montón.
¿Qué
hicieron después?. Pues, a partir de aquí cada uno puede poner a funcionar su
imaginación, y también cada uno puede pensar en como acabaría esa noche, pero
piensen lo que piensen, e imagínense lo que se imaginen, lo cierto es que tuvo
un bonito y lindo final.
A
la mañana siguiente, cuando despertó, tenía delante un papel y sentada a su
lado, “Ita”, que sostenía en su mano un clavel y que a modo de lápiz se lo
ofrecía, para que pidiera expresar en él, lo que en esos momentos su alma
sentía.
Y
así empezó Lis:
¡BONITA!!! |
Cuando
el amor ves llegar
Y
salta tu corazón,
Abre
fuerte tu balcón
Y
adórnalo con azahar.
Te
acuerdas de aquel juglar
Cantando
con emoción,
Eso que hoy es ilusión
Mañana
será tu hogar.
Y
para que huela a miel
Le
pusiste margaritas,
Que
acariciaban tu piel.
A
la entrada en tu casita
Tu
amor te daba un clavel,
Con
un beso y un ¡bonita!.
A
continuación los días se sucedieron rápidamente. Había que terminarlo todo,
mandar las invitaciones y hablar con sus amigos los de aquí, que la verdad, un
poco abandonados los tenían.
Los
amigos se pusieron contentos, mas que contentos, estaban radiantes. Su amigo
del alma no cabía en si de gozo, y casi casi, se sentía un poco el protagonista
de aquella bonita historia que estaba teniendo un final feliz, y en la que él
se consideraba el primer palito de amor, de los muchos, muchos que luego había
puesto su amiga Lis.
Lis
le contó a su amigo el final. Abrazada a él y casi llorando de alegría
recordaron los dos aquel principio, aquella estación del tren y aquel casi
panegírico, que su amigo le había hecho de Blas, y que luego resultó ¿tan
distinto?.
Llegados
a este punto, solo les quedaba esperar que los días pasaran y llegara aquel, que Lis se imaginaba limpio, claro y
radiante como su amor por Blas; pero por mucho que imaginaba, no sabía como
serían aquellos instantes. ¿Tendría momentos el día?, o ¿serían solo instantes?.
Aquí
empezó a aparecer el prosaico dinero. Lis y Blas se estaban quedando sin un
real, y les faltaba mucho que hacer, mucho que pagar y mucho que vivir. Pero
decidieron que con dinero a sin él, su hogar siempre miraría, como miran los
valientes, ¡adelante!.
También
podrían juntar los dos sus reales y quieras que no, así a lo mejor, no
parecería tan poco, para tanto arte.
Aquellos
últimos días fueron los más románticos para Lis. De la mano de Blas veía como
caían las hojas de los árboles, como el sol daba la vuelta contento, como las
nubes cuidaban que su agua no les rozara. Sentía como Blas le decía ¡te
quiero!, como el amor había dejado al mundo y había envuelto su hogar con papel
de colores, colores brillantes que ponían en los labios de Blas un murmullo y
en los ojos de Lis un suspiro que recogió el mar y los puso juntos, para
que la espuma los acunara.
Un
día en uno de esos paseos, una hoja muy amarilla acertó a caer en su zapato.
Miró hacia arriba y vio al aire que con cara sonriente, pero con sonrisa un
poco socarrona, le decía:
_Cógela
y léela. Es la hoja del árbol de mi sentimiento que a modo de poesía, te la
regalamos el viento y yo, con el deseo que te dure toda la vida.
Lis
se agachó, agachó a Blas y entre los dos leyeron (mas bien Lis le leyó a Blas),
lo que su amigo el aire les regalaba en aquella poesía.
EL PODER DEL SENTIMIENTO |
El
árbol guardó al amor
y
al poder del sentimiento,
y el amor guardó al
momento
el
sentir de árbol y flor.
Quisieron
que fuera olor
y
sonara igual que un cuento,
con
todos los pensamientos
que
tienen árbol y flor.
Y al verlos así de
unidos
vinieron
las golondrinas,
y
un colchón para sus nidos.
Les
hizo el hada madrina
que
plasmó el pintor al filo,
del
aire tras la colina.
lunes, 18 de marzo de 2013
Para Ti... Papá
Hoy es el día del PADRE, y como tal quería rendirles homenaje.
PARA TI... PAPÁ
Para ti que eres distinto
porque eres especial,
por encontrar a mi madre
y ser yo...
vuestro amor más natural.
Para ti que fuiste niño
y mi amigo más cordial,
el que empeñó su vida
por mi...
para enseñarme a vivir,
y enseñarme a caminar.
Por eso y porque te quiero
cada día más y más,
esos días de mi vida
a los que les pusiste,
tu sello...
con el color del cristal.
Por todo te doy un beso
en tu día, mi cantar,
un cariño muy distinto
y un regalo...
Toda Yo...¡QUERIDO PAPÁ!!!.
PARA TI... PAPÁ
Para ti que eres distinto
porque eres especial,
por encontrar a mi madre
y ser yo...
vuestro amor más natural.
Para ti que fuiste niño
y mi amigo más cordial,
el que empeñó su vida
por mi...
para enseñarme a vivir,
y enseñarme a caminar.
Por eso y porque te quiero
cada día más y más,
esos días de mi vida
a los que les pusiste,
tu sello...
con el color del cristal.
Por todo te doy un beso
en tu día, mi cantar,
un cariño muy distinto
y un regalo...
Toda Yo...¡QUERIDO PAPÁ!!!.
Para todos los que son y se sienten
padres. Para los que no pudieron llegar. Para los que pusieron en ello su
empeño, y la vida...no lo consideró prudencial.
Desde aquí les doy las gracias, por enseñar al mundo a caminar.
Y sobre todo para el MIO, que me enseñó a vivir y formó mi persona trabajando desde su hogar. Allá donde estés.............Te quiero ver ¡FELIZ!!!. ¡UN ABRAZO GRANDE QUERIDO PAPÁ!!!.
Desde aquí les doy las gracias, por enseñar al mundo a caminar.
Y sobre todo para el MIO, que me enseñó a vivir y formó mi persona trabajando desde su hogar. Allá donde estés.............Te quiero ver ¡FELIZ!!!. ¡UN ABRAZO GRANDE QUERIDO PAPÁ!!!.
Lía
Ponferrada Marzo de 2013
viernes, 8 de marzo de 2013
Por ser hoy el día internacional de LA MUJER, haré una excepción y colaboro con mi poema a que el mundo respete y entienda eso que se llama LIBERTAD y JUSTICIA SOCIAL de la MUJER.
PARA TI MUJER
Quise
ser MUJER
porque
así quise nacer,
porque
así quise vivir
y porque así quiero
morir.
Porque
quiero ser del mundo
desde
el día que nací,
plantar
en él mis raíces
y
en él, crecer y sentir.
Sentir
y colaborar
a
formar un gran país,
a
cuidar sus brotes verdes
y
a que los jóvenes...
un día, puedan
sonreír.
Soy
MUJER por
todo esto
y
porque lo quisieron así,
aquellos
que lo pensaron
y por los que confían en mí.
"Mil gracias a ti MUJER
y gracias por confiar en mí"
Lía
Cada
uno debe defender sus ideales. Las mujeres no somos ningún caso
especial............Somos Seres Humanos que , al menos yo.............. con mis
capacidades defiendo la JUSTICIA y la LIBERTAD.
¡Feliz
día para todas las MUJERES
y en especial a las que conozco y que sé, pelean por sus
ideales!!!!!!!!!!!!!.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)