Contar quiso el jardinero
contó miles con abanicos
con puntillas más de mil,
con pétalos de colores
las había...
¡Eran todas para mí!.
También plantó margaritas
tulipanes y alhelíes,
con el alba plantó cinco
por la noche cinco mil,
y de noche con el sueño
plantó, ¡uff!...
El resto de mi jardín.
A la mañana llegaron volando
cientos más, invitados al jardín,
desplegaron ante mí.
Y así quedó establecida
la siguiente relación:
Flores con alas volando
Corazón de mi jardín.
Lía
Lía
El que planta en su jardín las flores de la amistad, siempre tendrá un jardinero que esté dispuesto a cuidar, con la noche y con el día, la ilusión con la que su amita soñó:
"Que al mundo se las iba a enseñar".
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