Era hacia la medianoche. Una noche de cielo raso. En una terraza sentada, contemplaba La Luna que sobresalía por encima de los fuegos artificiales.
Como fondo: El Pilar levantaba sus torres majestuosas y los leones del puente, entablaban conversación con La Luna, que aprovechó la coyuntura y me dijo con su voz armoniosa, meláncolica y un tanto suave:
"Estoy con todas mis formas puestas, pero sigo atrapada en mis fases. Los leones me envían su fuerza, yo controlo la energía y tú pones el lápiz".
Así que allá me ví yo, con la gente y la noche, delante de un café humeante... Conectando mi imaginación con su energía a través de unos hilillos de plata que llegaban a mi lápiz y traducían al papel sus palabras...
Cuando madruga la noche
se despierta la melancolía,
abre sus puertas La Luna
y un manto gris,
envuelve tus sueños
caminos que son de tu vida.
Caminos que son mágicos
la magia que destila una poesía,
que nació contigo en el alma
y sin saber...
madrugó como La Noche,
y ahora es pura melancolía.
Así canta El Poeta a La Luna
y La Luna se sabe querida,
y una noche y otra más
en el balcón de tus sueños,
suena un violín...
y otra vez, despierta La Vida.
Y La Vida despierta libre
con La LIBERTAD de tu ORILLA.
Lía
Sigan fielmente sus enseñanzas. La Luna lleva mucho tiempo contemplando La Tierra y al Ser Humano.