viernes, 27 de agosto de 2010

Un Reclamo


La Tierra se desajusta
el fuego quema la hierba,
valles y montes perdidos
lloran sin hallar lágrimas,
El Universo
a usted y a mí nos reclama,
un favor para La Naturaleza,
aquella que fue nuestra aliada.

Pero hemos quemado el monte
al rio se le seca el agua,
los valles están destrozados
la hierba ha quedado paja,
La Tierra enseña su cara sombría
aquella que antes era
su riqueza brava,
y que con nuestros caprichos
se está quedando yerma,
sin minerales, sin nada...

Estamos buscando la ruina
la ruina
de aquellas laderas bajas,
de aquel árbol que soñaba
en aquel su monte dorado,
el monte que en aquel tiempo
fue por siempre su casa,
y porque el hombre pensó...
el fuego lo ha destrozado.

Y así se quemó su casa
aquella su casa del alma,
y con él se quemaron sus cuevas
el ciervo, el topo y el gorrión
no tienen donde cobijarse,
andan buscando refugio
en sus queridas montañas,
que en otro tiempo eran fértiles
y ahora están arruinadas.

"Arruinadas por el fuego
el fuego que limpia y purifica,
pero que también quema y mata".

lía

La Naturaleza se queja y nos está haciendo una llamada. Se le acaba la paciencia, y hasta se la acaba el aire. Ese aire que puede arruinar a los que arruinaron La Tierra, y que tanto necesitamos.
Y que puede que tengan que pagar. Y que será inevitable, a todo tiempo y lugar para que La Tierra vuelva a su placidez de antaño.

viernes, 13 de agosto de 2010

Sería...........Segunda parte.


Se puso a charlar conmigo. Me contó una historia de su abuela increible. Luego me preguntó si yo sabía algo de como se ponía aquello de la quimio...
-Hombre, yo hice dos años de A.T.S. Algo se...
-¡Ah, bueno! Entonces estamos salvados. Dime cual de las dos bolsas hay que poner primero.
-La del NOVOVAN. Le dije. Es el protector de estómago, pero aquí lo hacen siempre al revés y me revientan el estómago.
Entonces va y me dice:
-Si ya les digo yo que hay que preguntar primero.
Verán yo no salía de mi asombro. No daba crédito a lo que estaba viendo y oyendo. Pero por contra estaba muy tranquila. Era como si allí hubiera algo que ... y lo que estaba pasando fuera normal.
-¿Y la vía, dónde te la cojo?.
Pues no se, porque tengo los brazos molidos ya de tanto pinchazo. Donde quieras.
-Bueno pues entonces aquí, y así no nos equivocamos. Aquí, era la vena de la articulación del codo.
Al desenredar los cables se le cayó la aguja al suelo, la cogió, le pasó los dedos por encima y me dijo
-¡Menos mal que estaba en la funda!!!. No pasa nada.
-Y tú ¿Qué tal eras cogiendo vías cuando estabas estudiando?.
Yo siempre fuí buena para todo. Le contesté.
-¡Bueno, vale...........!!!. Me dijo.
Me puso el NOVOVAN mientras seguimos charlando y luego conectó la bolsa de la quimio. Pero la pinchó mal, porque no sabía por donde se pinchaba, y se cayó una parte del líquido al suelo. Lo miró y me dijo:
-Bueno será que esa sobraba. No te preocupes.
Y como me vio nerviosa (no era para menos), me dijo:
-Mira vamos a hacer una apuesta. Si esta quimio te sienta mal y te pones tan malita como con las otras, cuando estés mejor, te pago una cena y un café. Pero si te sienta bien y no te enteras, me tienes que pagar tú a mí un café. ¡Vale?. Pues que no se te olvide.
En eso quedamos al final.
Cuando se terminó la quimio , quitó la vía, recogió lo mejor que pudo los cables... y no los tiró a la papelera, se los llevó con él (Cosa que también me extrañó).
Me dio un beso, se despidió de mí y volvió al ratito para ver como estaba.
Yo estaba divinamente bien y medio dormida ya. No había vomitado nada, no me dolía en ningún sitio y lo vi entre sueños como desaparecía tras la puerta con aquella sonrisa de niño chico que tenía.
Antes de marchar me dijo:
-Adios mi niña. Y no te olvides del café.

A la mañana siguiente me desperté perfectamente bien. Me levanté y me disponía a marcharme cuando me acordé de Javier. Me fuí directamente a recepción de planta y pregunté por él.
Me miraron como si viniera de otro mundo y me dijeron que allí no había nadie con ese nombre.
-Ya se (les dije), pero estaba ayer por la tarde noche y me puso a mí la quimio. Era un chico.............
-Perdone pero la quimio se la puse yo.
La del yo, era la enfermera que estuvo todo el rato quieta a los pies de la cama.
-¿Cómo?. Perdone, pero no hay en el hospital alguien, algún A.T.S. o celador o médico que se llame así???.
-Pues no. Y me seguían mirando raro.
Me quedé de piedra. Pero no dije más. Recogí mis cosas y me fuí sin que me dieran el alta. Antes de salir busqué en la cafetería por si me estaba esperando allí, pero no había nadie que se le pareciera.
Ese mes lo pasé divinamente bien y un tanto nerviosa. ¡Estaba deseando que llegara la fecha del siguiente ciclo para buscar a Javier y que me la pusiera él otra vez. Es más creí que ya estaba curada del todo.
Llegó el mes siguiente y cuando volví (era el último) lo busqué por todo el hospital. Pregunté a las enfermeras, a los celadores, a los médicos y hasta a los enfermos. Pero nadie lo había visto ni lo conocían de nada. era como si se lo hubiera tragado la tierra.
Me pusieron el último ciclo, y como siempre, los medicamentos al revés y otra vez me reventaron todo el organismo, y casi me muero.
Pero como ya era el último, aguanté y me fuí buscando a Javier sin encontarlo.
Lo he medio contado en dos libros que escribí, por si alguien lo conocía. Pero hasta ahora no lo he encontrado.
Y hoy después que vi en la tele a un señor que encontró a una persona que le salvó la vida después de dos años que llevaba buscándolo, se me ha ocurrido, no se por qué, que a lo mejor ustedes que son mis amigos, podrían ayudarme a encontrarlo.
Javier es A.T.S. según me dijo, aunque no sabe mucho de eso (la verdad), muy guapo y tiene manos de Ángel.

Si alguien lo conoce, o lo ha visto, por favor que me diga donde está. Por lo menos tendré que pagarle el café, darle las gracias y un grandísimo abrazo.

Lía

jueves, 12 de agosto de 2010

Sería..............


Les voy a contar una historia que entiendo que les cueste creerla, pero me pasó a mí, y aún así no me había decidido a contarla hasta ahora. Por eso quiero que mis amigos la conozcan y además, quiero buscar a Javier y pagarle el café que aquel día los dos apostamos.
Corría el año 2000 de nuestra era y más o menos el mes de Marzo de nuestro actual calendario. Yo estaba muy malita, con dos operaciones en 6 meses en mi organismo de dos enfermedades serias por obligación y porque el mundo se enfrentó a mí y se propuso que fueran mortales.
Ingresada en la clínica madrileña "Nª Sra de América" para ponerme un tratamiento de quimio que según los médicos decían era de lo más suave, pero que en mi organismo funcionaba como una bomba de relojería y directamente me destrozaba.
Después de unos 10 ciclos ya de aquel calvario, una tarde llegamos a Madrid, al policlínico de la citada clínica donde tenía su consulta de tarde el doctor Moyano, oncólogo prestigioso de Madrid que también hizo conmigo de psicólogo, librándome de unas cuantas pastillas psiquiátricas por aquel entonces. Además de todo lo que habían hecho ya por mí los médicos de mi clínica: La "Clínica Ponferrada".
El doctor aquella tarde programó la quimio que me iban a poner sin escuchar demasiado mis ruegos.Y de repente me vi ingresada en el hospital como otros meses para ver si aguantaba aquel tratamiento que me destrozaba física y psíquicamente, sin que nadie a mi alrededor me consolara.
Y cuando ya todo era irremediable, le rogué a Dios y a quien me quisiera y pudiera escuchar, que pusieran a aquello alguna solución, o que acabara mi vida en este mundo, porque ya no había nada en él que me importara.
Y también así de repente, entraron en la habitación dos A.T.S., chico y chica, que venían a ponerme la quimio.
El chico entró primero. Traía en las manos unos cuantos cables(vías de suero de los hospitales), que yo llamo, todos liados, enrebujados y sueltos y dos bolsas de suero: una era la quimio y la otra un protector de estómago.
Detrás de él, la enfermera no traía nada. Solo las manos en los bolsillos de la bata. Se colocó a los pies de la cama y no se movió de allí en todo el rato.
El chico se colocó al lado de mi cama, de pie y me dijo:
-¡Hola!. Soy Javier y vengo a ponerte esto. Y señalaba los cables todos liados y la quimio.
Yo pensé:
-Pues estamos arreglados. Aquí vamos de mal en peor.
Era un chico muy alto, joven (unos 25-30 años. igual no tantos), delgado, moreno, con el pelo algo rizado, con mirada de niño, ojos azules y guapo, guapo, guapo...........
-Déjame un sitio. Me dijo. Y se sentó en mi cama.

Bueno. La otra parte se la cuento mañana. Es que si no es un poco largo.............. Pero quiero que lo conozcan, por si pueden ayudarme a buscar a Javier.

Lía